Cronos y Kairos

miércoles, agosto 11, 2010

Determinante fue en mi vida la concepción de la eternidad y lo que abarca todo este concepto. A lo largo de este camino, el de andar con fe agarrado del Logos, he visto la irrespetuosa censura a temas, propiamente y necesariamente, relacionados con mi fe. Me disculpan si en un momento piensan que este escrito es un intento por explicar sólo lo que me funciona en la vida. Esto es tan alejado de la realidad como decir que podemos comprar perdón. Tratemos de instigar nuestros más profundos deseos, aquellos que muy someramente se dejan ver en la intimidad de lo que llamamos orar y nos daremos cuenta de la verdad, luego libertad.
Los que andamos en la tierra de los vivos tenemos algo en común, muy a pesar de que seamos latinos, europeos, asiáticos o arribistas … digo, uribistas, y esto es la indiscutible sujeción al tiempo. El tiempo es determinante en nuestra muerte puesto que cada día envejecemos. Desde mis primeros alaridos en la sala de parto, desde ahí, comencé a morir, biológicamente. No acepto la idea de algunas personas cuando dicen que no hay Dios. Esto me lleva a pensar en sus razones y encuentro que no hay alguna fuertemente sustentada por convencimiento sino por desenamoramiento. ¿Qué sentido tiene vivir esta vida sin más nada que hacer que dormir, trabajar, casarse, enfermarse y morir? ¿Qué sentido tiene vivir sin esperar revivir? El tiempo determina todo esto. Este tiempo es la traducción de Cronos, en griego. Todos estamos sujetos a este cronos, todos, excepto Uno. Uno es el que sujeta a todos a cronos. Uno creó el cronos, tanto así, que determinó el génesis y su culminación. Esto, la sujeción al cronos, me dice que mientras no haya un momento que rompa el cronos - ya prometido - no estaré totalmente satisfecho porque no me satisface que me vaya de ti.
Todos los hombres vivían en el cronos esperando no más que ese tiempo que lo interrumpa. Pobre Adán: su espera aún continua. Se manifiesta, pues, el bará del cronos con un kairos. Kairos es el tiempo de Dios, kairos no es sistematizado, kairos es por la paciencia, kairos es Jesús. Desesperadamente estuve preso, ya no, del cronos hasta que el kairos vino. El cronos determina la horizontalidad de la vida pero el kairos, la verticalidad. Por eso que nunca volví a ser el mismo de ayer, porque el kairos me cambió, o mejor, me hizo cambiar. Muchos kairos se manifestaron pero no era el definitivo porque este kairos se volvió cronos: eterno. Los kairos fueron finitos pero el gran kairos aún es vigente. Aún estamos en el kairos, en el tiempo preciso por Dios en el que los anhelos más desesperantes pueden ser suplidos.

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